Todos nosotros en algún momento hemos soñado con cosas increíbles, tal vez fantásticas, o incluso con cosas tan simples que en su simpleza quedan en el olvido. Siguen ahí merodeando por nuestra cabeza, van y vienen acompañándonos todos los días, pero sin salir de nuestras mentes.
Cuando hablamos de esos sueños lo solemos hacer con lejanía, con ese anhelo de que tenemos la sensación de que nunca se cumplirán…
Durante muchos años, me sucedió así, veía mi sueño como algo lejano, o algo que “algún día” haría realidad. Debo confesar que pase mucho tiempo en mi zona de confort, y honestamente no me parece mal, creo firmemente que, si estar en tu zona cómoda no te incomoda, entonces estás en el lugar adecuado.

El problema viene cuando tienes inquietudes, cuando esa zona confortable y tranquila empieza a no ser el lugar dónde quieres estar. Y un día por una u otra razón decidí que convertiría ese sueño en un objetivo, darle la vuelta y ponerle fecha y propósito.No te diré que no da miedo, incertidumbre y todo lo que te puedas imaginar, claro que da terror entrar a un universo donde te sientes diminuto, donde ya hay mil y una personas que tal vez se dediquen a lo mismo que tu, que tengan mayor experiencia y que sientas que te comerán viv@. Pero te puedo asegurar que jamás te vas a arrepentir de ir por tus sueños, convertirlos en objetivos y cumplir cada uno de ellos.
Si ya estás en este camino, recuerda estos 3 elementos que te serán indispensables:
- Pasión, que se note que amas lo que haces.
- Paciencia, nadie nació sabiéndolo todo, iras tomando experiencia.
- Perseverancia, no todo sale bien a la primera, así que no te rindas.